Además de las resoluciones de incidencias que requieren de una intervención inmediata, también ofrecemos mantenimientos preventivos, que aun siendo opcionales, los consideramos altamente recomendables. Hay que tener en cuenta que los equipos radiológicos están formados por elementos electrónicos y mecánicos, que trabajan con una precisión de micras y en cada disparo el equipo sube, baja, gira y se mueven un sinfín de elementos internos. Con el uso, todos los equipos se van desajustando y gradualmente la imagen va perdiendo calidad, de ahí la importancia de hacer un mantenimiento preventivo al equipo para calibrar, alinear, engrasar y realizar diferentes tareas básicas para mantener la calidad de la imagen y reducir problemas futuros.
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